|
La Calderona es, sin duda, el espacio natural de la Comunidad Valenciana por cuya protección han clamado más y distintos colectivos. Un lugar que ha soportado agresiones de todo signo y condición, a pesar de ser un valor natural indiscutible. Pero de todos, el más doloroso de los agravios -sufrido durante años- se llama indiferencia.
De este desdén no puede hacerse responsable a los vecinos de Puzol, El Puig, Segart, Albalat dels Tarongers, Gilet, Sagunto, Serra, Náquera, Estivella, Torres-Torres, Marines, Gátova o Segorbe; porque ellos han procurado que la Sierra continue viva.
Hasta esta Sierra no han llegado todavía las medidas de protección necesarias para evitar un deterioro mayor. Por el contrario se han oído bien fuertes protestas contra la explotación de canteras (ya son demasiadas) o la excesiva concentración de vertederos ilegales (varias decenas).
La Calderona -tan querida por próxima y generosa-, en sus intentos de defenderse no está sola; cuenta con apoyos del Centro Excursionista de Valencia, Acció Ecologista-Agró, Grupo Ecológico del Mediterráneo, Colla de Amics del Camins de Muntanya, Institut d'Estudis Comarcals del Camp de Túria... Miles de personas que unanimemente, junto con los vecinos de la Sierra, piden a la Administación un trato mejor para este espacio natural.
 |
En esta Sierra el hombre se ha convertido en un problema para la conservación de los ecosistemas. Su proximidad a Valencia -unos 23 kilómetros- la ha hecho extremadamente atractiva para amantes de la naturaleza y excursionistas, pero también para muchos que no le tienen ningún respeto, y que suelen dejar tras su visita un rastro de basuras, o lo que es peor, de fuego.
Estos montes surgen en territorio valenciano como lo que debía ser una continuación natural y posible de la Sierra de Javalambre. Se extiende en dirección NO-SE entre Gátova y Sagunto, separando las cuencas del río Turia y del Palancia.
Todo lo dicho anteriormente conforma un paisaje magnífico, interrumpido en muchas ocasiones por carteles que señalan la existencia de vertederos ilegales e incontrolados, un auténtico problema cuando se intenta luchar contra los incendios forestales. Y la Calderona los tiene a decenas. La presión urbanística (sobre todo en Náquera y Serra) se conforma como otro de los grandes problemas de esta Sierra.
Como podemos ver, aquí el hombre sí es un gran problema en la Sierra.
Si un problema para la Sierra Calderona puede considerarse de endémico, este es el de los vertederos. Problema que se ha agravado considerablemente debido principalmente a la adecuación de caminos forestales y la apertura de nuevas pistas. Por cualquier paraje de la Sierra por el que nos desplacemos podemos encontrar basuras de todo tipo (lavadoras, neveras, escombros, plásticos, latas, botellas...).
Podemos decir que los vertederos son la historia de estas montañas. Sin embargo, y a la cantidad de vertederos incontrolados que diariamente aparecen podemos resumir el contenido de este apartado en los hechos acaecidos en 1996.
En 1996 una nueva y peligrosa amenaza surgió. Una empresa privada proyectó la construcción de un vertedero y planta de reciclaje industrial en el monte de Porta-Coeli. A pesar de ser terreno público, forestal, no urbanizable y pendiente de una protección oficial, la empresa se hizo con toda la documentación legal para poner en marcha dicho negocio; principalmente con el beneplácito del Ayuntamiento de Serra, y la autorización de la Conselleria de Medio Ambiente. Desde ese momento comenzaron las movilizaciones y la recogida de firmas, centralizadas por la Coordinadora para la protección de la Sierra Calderona, y que tuvo una gran respuesta por parte de los valencianos que veían como se les arrebataba el verdadero pulmón de su ciudad. Cuando todo hacía presagiar un final desastroso, el Conseller de Obras Públicas (D. Luis Fernando Cartagena) prohibió la ejecución de la obra.
La objetividad y la presión ciudadana sirvieron; para salvar uno de los parajes más representativo de la Comunidad Valenciana. Los esfuerzos realizados por las empresas promotoras de la planta de residuos urbanos en plena Sierra Calderona, convirtiendo la defensa de sus intereses en una polémica para intentar cambiar la negativa de la Administración, no sólo fueron inútiles, sino que han reforzado la postura de los ciudadanos en la defensa de los montes.
Lo ocurrido en torno al tema de este vertedero podemos comprenderlo mejor con el tríptico editado por la Coordinadora para la Defensa y Promoción de la Sierra Calderona
 |
La acción humana a lo largo del tiempo ha generado en el área mediterránea paisajes diversificados, donde los cultivos y los asentamientos se adaptaron a las condiciones de cada paraje en concreto, especialmente a las disponibilidades de agua. En la primera mitad de este siglo el programa de repoblaciones masivas con pinos, que se inició en los años cuarenta, el abandono de las tierras de cultivo y el despoblamiento de las comarcas de montaña en los últimos 25 años, acabó de modificar en muchos municipios, el esquema paisajístico tradicional. Sin embargo son los incendios los que más han repercutido en transformar el medio que hoy en día podemos observar en la Calderona.
Incendios los ha tenido de todo tipo, desde los que han destruido unos metros cuadrados (2000 pimpollos), hasta los grandes incendios de los años 1978, 1981, 1987, 1992 y 1994. Estos han contribuido de forma notable a la caracterización física de los montes, haciendo de los suelos un sistema más seco (menos húmedo), y provocando la erosión y pérdida de tierra principalmente en la cara sur de la cordillera, donde ya comienza a asomar la piedra como síntoma inequívoco de la irreversible erosión a que es sometida.
Después de los incendios se realizan actuaciones muy perjudiciales. Normalmente se reforesta tarde y mal, sin respetar los 2 años de espera que exige el monte mediterráneo y aumentando peligrosamente ese tiempo de espera (a veces a más de 5 años). La mayoría de las repoblaciones se realizan con maquinaria pesada destruyendo la vegetación que ha podido regenerarse espontáneamente. La extracción de madera quemada no respeta sendas y bancales, creando nuevas pistas que favorecen la erosión anticipada e irreversible. Y por último, las reforestaciones se desarrollan en muchas ocasiones con "monocultivo de pino" en perjuicio de especies que se pueden adaptar a suelos degradados (madrono, lentisco, romero...) y que servirían de base a especies autóctonas favorecedoras del retorno de la fauna (encina, alcornoque, algarrobo...).
 |
A la problemática reseñada en apartados anteriores, y que en todo momento deriva de las actuaciones que el ser humano realiza en la Sierra, hay que añadir otras amenazas que en algunos casos resultan sorprendentes por cuanto denotan la imaginación de las personas para extraer de estos montes todos los beneficios que en ellos encuentran.
Así, a las transformaciones agrarias que continuamente se producen, sin ningún respeto hacia el PORN y hacia la legislación vigente, hay que añadir la apertura de nuevas pistas forestales que consiguen llevar al viajero hasta los lugares que en otras épocas solamente podían alcanzarse a pie.
 |
Las basuras propias de los visitantes de la Sierra aparecen por todos los rincones, los 4x4 no respetan los caminos forestales, y se adentran campo a través inventando caminos que anteriormente no existían; y cada domingo la cordillera es asaltada por máquinas de competición que la convierten en un campo de entrenamiento de motocros.
A todo esto habría que añadir la recolección indiscriminada de flora, que daña considerablemente la regeneración tras los terribles incendios que asolaron la Calderona. Y cómo no, la caza furtiva que todos los años causa enormes desperfectos a la ya escasa y maltratada biodiversidad de la Sierra (a este último aspecto, el autor desea señalar que personalmente tuvo la desgracia de comprobar cómo en 1995 y en el monte de Porta-Coeli era barrido por cazadores a pesar de la protección existente que prohibía expresamente la caza con armas en este monte público).
Sin embargo, y por desgracia, hay que añadir una nueva amenaza que pesa sobre uno de los mamíferos más representativos de la Sierra Calderona: El gato montés. Este felino está siendo diezmado por la proliferación de segundas residencias en localidades como Serra, Náquera o Líria, cerca de las áreas en las que se desenvolvía. La consecuente aparición en la zona de multitud de ejemplares de felino más común, el doméstico, está adocenando, sino acabando, con la especie. Idéntica suerte han tenido roedores como el lirón careto o la musaraña, cuya población sigue en regresión, al igual que la del tejón.
El empleo de cebos envenenados causa periódicamente daños irreversibles a las especies como ardillas en Gilet, o animales de monte y domésticos en el barranco de carraixet. El empleo de vallados cinegéticos en terrenos forestales impide la movilidad de la fauna característica e incluso aisla zonas potencialmente interesantes para algunas especies (especialmente en Sagunto). Un animal que antaño era abundante, aunque poco estudiado, es el murcielago que poco a poco pierde terreno debido a la desaparición de su hábitat, principalmente por los incendios y el espolio de sus lugares de cría.
Otras amenazas que afectan a la Sierra:
Para cualquier comentario, y para intercambiar información, bibliografía, experiencias... (cosa que agradecería enormemente) envía un mensaje a la dirección aquí indicada.
